Manchas de Carmín

Manchas de Carmín

Seguidores

martes, 30 de abril de 2013

Capítulo 47

Déjame hablar desde el punto de vista más egoísta del corazón.

Soy egoísta.

Voy a llorar por ti todas las veces que necesite, y sobre todo, todas las que quiera, por mucho que te empeñes en que no lo haga, por mucho que me pidas que no lo haga y, por mucho que los demás me digan que no lo mereces. No recuerdo haber llorado así nunca, por nada y por nadie. Y no lloro porque ya no estés aquí (que también) lloro por ese algo que nunca conseguimos ser, porque lo rozamos mil veces, incluso alguna vez lo fuimos pero nunca tuvimos la seguridad de serlo del todo.

Soy egoísta e insegura.

Podrías haberme repetido mil veces lo bonita que era, lo tierna y dulce que era, que se me olvidaba. Ojalá me hubieses dicho te quiero más de dos veces, ojalá no lo hubieras cambiado por un gracias cada vez que yo lo decía. Ojalá hubiera sido más valiente y te hubiera dicho lo que quería a la cara antes de que todo empezase a desaparecer.

Porque soy egoísta, insegura y cobarde.
Pero tú también, amor.
Mucho.

Fuimos unos cobardes que iban de valientes. Unos valientes que se daban celos de mentira para que los cobardes corrieran en su busca. Porque también nos gustó correr, desde el principio. Desde el mismo momento en el que te besé, o me besaste, o nos besamos. Y esa noche quise que durmieras conmigo y, después de eso, no quería que quisieras dormir con nadie más.

Pero empezaron las excusas.

Habíamos subido muy alto, y cuánto más arriba estás, más dolorosa es la caída. Y perdí el norte, el sur y hasta mis principios. Y empecé a odiarte y a quererte, a odiarte y a quererte, a odiarte y a quererte. Y te perdí, o me perdí o nos perdimos, que sé yo.

Ojalá nos hubiéramos querido mejor... porque yo, al menos, no podría haberte querido más.

No hay comentarios:

Publicar un comentario