Y esta canción como carta de perdón:
Tu pelo y tu lunar. 84
¿Y qué puedo decir, más que lo hice mal?
Manchas de Carmín
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viernes, 22 de marzo de 2013
sábado, 16 de marzo de 2013
lunes, 11 de marzo de 2013
Capítulo 44
Siempre serás el segundo gran amor del que habla este hombre.
Dicen que a lo largo de nuestra vida tenemos dos grandes amores; uno con el que te casas o vives para siempre, puede que el padre o la madre de tus hijos... Esa persona con la que consigues la compenetración máxima para estar el resto de tu vida junto a ella...
Y dicen que hay un segundo gran amor, una persona que perderéis siempre. Alguien con quién naciste conectado, tan conectado que las fuerzas de la química escapan a la razón y os impedirán, siempre, alcanzar un final feliz. Hasta que cierto día dejareis de intentarlo... Os rendiréis y buscareis a esa otra persona que acabareis encontrando.
Pero os aseguro que no pasareis una sola noche sin necesitar otro beso suyo, o tan siquiera discutir una vez más... Todos sabéis de qué estoy hablando porque mientras estabais leyendo esto os ha venido su nombre a la cabeza.
Os librareis de él o de ella, dejareis de sufrir, conseguiréis encontrar la paz (la sustituiréis por la calma), pero os aseguro que no pasará un día en el que deseéis que estuviera aquí para perturbaros. Porque, a veces, se desprende más energía discutiendo con alguien que amas, que haciendo el amor con alguien a quien aprecias.
Dicen que a lo largo de nuestra vida tenemos dos grandes amores; uno con el que te casas o vives para siempre, puede que el padre o la madre de tus hijos... Esa persona con la que consigues la compenetración máxima para estar el resto de tu vida junto a ella...
Y dicen que hay un segundo gran amor, una persona que perderéis siempre. Alguien con quién naciste conectado, tan conectado que las fuerzas de la química escapan a la razón y os impedirán, siempre, alcanzar un final feliz. Hasta que cierto día dejareis de intentarlo... Os rendiréis y buscareis a esa otra persona que acabareis encontrando.
Pero os aseguro que no pasareis una sola noche sin necesitar otro beso suyo, o tan siquiera discutir una vez más... Todos sabéis de qué estoy hablando porque mientras estabais leyendo esto os ha venido su nombre a la cabeza.
Os librareis de él o de ella, dejareis de sufrir, conseguiréis encontrar la paz (la sustituiréis por la calma), pero os aseguro que no pasará un día en el que deseéis que estuviera aquí para perturbaros. Porque, a veces, se desprende más energía discutiendo con alguien que amas, que haciendo el amor con alguien a quien aprecias.
Paulo Coelho
domingo, 10 de marzo de 2013
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