No hay nada peor que quitarle un caramelo a un niño. Y yo ahora me siento como ese niño.
Pero no voy a llorar. Sólo a patalear mucho y ruidosamente hasta que mamá me consiga otro. O hasta que aprenda que una vez que has perdido algo, valorarlo no sirve de nada.
ambos ponen resistencia de su parte.
ResponderEliminarfelices fiestas.
Supongo que las ganas de que no te quiten algo son mucho más fuertes que las de la persona que intenta quitártelo.
ResponderEliminarFeliz Navidad, chica de los labios rojos.