Manchas de Carmín

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viernes, 21 de octubre de 2011

de tanto fumar.

Miraba fijamente el paquete de tabaco que tenía entre las manos.
"Fumar mata"
"Fumar perjudica su salud"
Llevaba dos años sin fumar. Dos.
Otra vuelta. Agarró el mechero. Lo soltó.
Dos años.
Cualquiera le hubiera dicho que dejara aquel paquete encima de la mesa, que la nicotina no le iba a devolver la sonrisa a su cara.
Sacó un cigarrillo, se lo puso en los labios. Mechero. Fuego.
No. No podía.
Sí. Sí podía. Dio una calada... por la primera discusión, otra por las mil siguientes y otra más por las segundas oportunidades. Se fumó las lágrimas, las sonrisas, los orgasmos y sus ojos. Se lo fumó todo.
Lo había dejado por él y cuando acabó el cigarrillo supo que todo había acabado. De verdad.

3 comentarios:

  1. Debe ser duro darse cuenta de que había acabado...

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  2. Entonces.. ¿si no se hubiera fumado el cigarrilo, quizás no hubiese acabado?

    Se fumó las lágrimas, las sonrisas, los orgasmos y sus ojos.
    *Aplausos*

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  3. Este comentario ha sido eliminado por el autor.

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